La designación inconstitucional de un nuevo Consejo Nacional Electoral y el nombramiento de Juntas Directivas de los partidos de oposición por el Tribunal Supremo de Justicia dejan ver entre líneas que el régimen de Nicolás Maduro está ansioso por ganar una aparente legitimidad electoral y para eso está diseñando una oposición que juegue con sus reglas y baile a su ritmo electoral.
El régimen de Maduro utiliza el camino electoral a su conveniencia. El desconocimiento de las elecciones presidenciales de mayo de 2018 marcó un antes y un después en la convocatoria de procesos electorales por parte del régimen: sólo hay elecciones si ellos pueden ganarlas.
Por mandato constitucional, este año corresponden elecciones parlamentarias en Venezuela, para escoger a los integrantes de la Asamblea Nacional. Desde principios de este año, Maduro ha puesto en el tablero de juego su convocatoria y la respuesta del pueblo venezolano, los países del mundo libre y las organizaciones internacionales ha sido clara: no puede haber elecciones parlamentarias sin una elección presidencial que subsane el hecho ocurrido en 2018 que condujo a la usurpación del Poder Ejecutivo.
Desde el año 2015 el régimen ha intervenido los partidos políticos de oposición. El primer partido en ser atacado fue el partido socialcristiano COPEI. Por medio de una decisión del Tribunal Supremo de Justicia se nombró una Junta Directiva que resolviera los conflictos electorales internos de uno de los partidos más antiguos del país. A partir de ese momento, la dirección del partido ha quedado en manos de “opositores” que juegan en el terreno político a conveniencia del régimen.
En el año 2016 el Consejo Nacional Electoral convocó a cincuenta y nueve organizaciones políticas a una “renovación” con base a una interpretación de la ley de partidos políticos hecha por el Tribunal Supremo de Justicia, la cual establecía que los partidos que habían participado en los comicios electorales de 2013 y 2015 con tarjetas electorales de otras organizaciones, debían renovarse por haber dejado de participar con sus tarjetas. De esa renovación, se redujo a veintidós los partidos políticos capacitados para acudir a una contienda electoral, dejando por fuera a partidos con larga trayectoria nacional como La Causa R.
Luego de las elecciones municipales de 2017, Nicolás Maduro solicitó al Consejo Nacional Electoral que sancionaran a los partidos que no habían concurrido al llamado electoral. Es así, como en enero de 2018 el CNE convoca a Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática, Puente y MUD a la renovación de firmas para constituirse como organización política.
Los partidos Puente y Voluntad Popular decidieron no acudir a la renovación. Por su parte, Primero Justicia y Acción Democrática, luego de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia ilegalizar el partido MUD (por incurrir en doble militancia), anuncian su participación en el llamado a su renovación, que por las trabas impuestas por el régimen condujo a la ilegalización del partido Primero Justicia.
A pesar de la propensión autocrática del régimen y el ensañamiento por destruir los partidos políticos, vuelvo a la frase inicial el régimen utiliza el camino electoral a su conveniencia. Maduro necesita una nueva Asamblea Nacional y en aras de conseguir esa “legitimidad electoral”, el Tribunal Supremo de Justicia designó de forma inconstitucional a los nuevos rectores del CNE y horas más tarde, anunció la intervención de los partidos Acción Democrática y Primero Justicia.
De las últimas acciones de la cúpula del régimen queda clara su aspiración de convocar unas elecciones parlamentarias. Mientras el país sigue sumergido en la crisis económica y humanitaria, Maduro solo piensa en cómo mantenerse en el poder y cómo dar una aparente legitimidad a su gobierno autocrático.
Sin partidos políticos no puede haber Democracia. En la Venezuela de hoy y frente al régimen que domina el país, sólo queda entender que los partidos políticos son más que una figura jurídica, más que una tarjeta, más que unos colores y unos símbolos. Los partidos políticos son las ideas que mueven a sus militantes y los organizan.
El reto que tienen los partidos políticos opositores en Venezuela, es mantener su organización y su lucha a pesar de los atropellos del régimen. Toca en estos oscuros momentos que vive el país seguir formando a hombres y mujeres en el ideal democrático y continuar en la lucha por alcanzar la transformación democrática del país.
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