Los objetivos y prácticas de cualquier comunidad científica dependen de su contexto social más amplio. Este determina el grado y modo de integración de la actividad científica en la sociedad y los nexos con la élite política. Abordar esos procesos desde la idea de una movilización del conocimiento remite (Moliner y Ramel, 2018) al vínculo entre investigación y acción, a la utilización de los resultados de la investigación por los agentes pertenecientes al contexto en que se desarrolla. Movilización del conocimiento que supone (Naidorf, 2017) la puesta a punto del conocimiento para su aplicación práctica, con claras responsabilidades sociales emanadas del propio sujeto y proceso investigativos. Para esto son imprescindibles la vigencia de un clima, canales y derechos que permitan la más amplia participación, creación y libertad académicas.
« En Latinoamérica, la libertad académica vive hoy horas aciagas, amenazada por actores antidemocráticos de diversa ideología. »
La libertad académica se entiende como el derecho irrestricto de los académicos a la libertad de enseñanza, opinión y discusión, en la realización de sus investigaciones y en la difusión y publicación de los resultados de estas. Abarca también la libertad de opinar libremente sobre la institución o sistema en que trabajan y de participar en organismos académicos profesionales o representativos (unesco, 1997). En Latinoamérica, la libertad académica vive hoy horas aciagas, amenazada por actores antidemocráticos de diversa ideología. A la prolongada sujeción de la academia cubana por un Estado de matriz leninista, se añaden ahora intentos populistas como el de Jair Bolsonaro, orientado a acotar la acción de una comunidad académica que opera en las condiciones (aún) democráticas de Brasil. Este texto pasa revista de cómo los nexos conflictivos entre régimen político y libertad académica impactan, de modo diferenciado pero cónsonamente restrictivo, la movilización del conocimiento en ambas naciones.
Desde el proyecto V-Dem se ha medido la libertad académica. Para ello se consideran varios indicadores: libertad de investigación y enseñanza, libertad de intercambio y difusión, autonomía institucional, integridad del campus, libertad de expresión académica y cultural. Partiendo de estos, cuando comparamos las trayectorias recientes de dos casos restrictivos —la autocracia leninista cubana y el populismo derechista que parasita la democracia brasileña— con otro entorno abierto— la democracia argentina—, los resultados son los que muestra el gráfico 1.
Las diferencias entre los casos no obedecen a meras contingencias históricas. Hunden sus raíces en poderosas estructuras dominantes, dentro y fuera del aparato estatal, que impactan las libertades públicas. Remiten a grados de apertura política, independientes de las ideologías. Así, si analizamos los factores que enmarcan el ejercicio de la libertad de expresión en el ámbito de la academia, un cuadro aproximado sería el que se presenta a continuación.
GRÁFICO 1. ÍNDICE DE LIBERTAD ACADÉMICA

Repasemos los antecedentes. Es conocido el rol activo de las comunidades académicas sudamericanas en la defensa de sus colegas y centros bajo los autoritarismos de derecha de la guerra fría. Desde centros de pensamiento autónomo como el cebrap brasileño, el cedes argentino, la flacso chilena o las universidades jesuitas en Centro-américa, diversas generaciones de académicos ejercieron la movilización del conocimiento ante los problemas de represión, privatizaciones y exclusión social que vivían sus países. Con el regreso de la democracia en Argentina, Brasil, Chile y Centroamérica se recuperaron los derechos a la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y la incidencia pública de los académicos en la vida política nacional.
En Cuba, el modelo de socialismo de Estado ha generado un tipo de sujeción político-ideológica académica más sistemático y completo. Intentos como el de la revista Pensamiento Crítico y el Centro de Estudios de América (desde el campo estatal) o los think tanks Cuba Posible y Convivencia (desde el espacio asociativo) han chocado con la censura de la burocracia cubana. Pese a encontrarse en las antípodas ideológicas, aplica al caso cubano la descripción del tratamiento dado a la comunidad científica por los gobiernos de seguridad nacional, lo que
LIBERTAD DE EXPRESIÓN: CENSURA ESTATAL Y MOVILIZACIÓN EN TRES CONTEXTOS LATINOAMERICANOS

Pese a ello, en Cuba se ha producido un proceso paralelo de crecimiento de nodos y redes de producción de conocimiento no plenamente sujetos al poder: la participación en lasa y en convenios con universidades de Estados Unidos, Europa o Latinoamérica, por ejemplo, han proveído un marco para cierta innovación y movilización del conocimiento. Podemos encontrar hoy sugerentes análisis de economía —aplicada y política—, sociología —de la pobreza, estudios de género, racialidad— y propuestas de investigación-acción comunitaria que dinamizan las visiones hegemónicas. A pesar del modelo —y no gracias a él—, la movilización del conocimiento científico avanza en la isla.

Pero aún se mantienen el control de la producción y difusión, el veto a profesores y estudiantes —que ha llegado en algunos casos a la expulsión vitalicia del sistema de educación superior controlado por el Estado—, revelando la vigencia del alerta lefortiana sobre la imbricación de poder, saber y ley bajo un régimen de tipo soviético (Lefort, 2014). Se ha documentado (Gallego et al., 2020a; 2020b) el control de la libertad académica en centros de investigación y enseñanza, en tanto política de Estado lesiva de los miembros de la comunidad académica cubana e incompatible con varios instrumentos internacionales. Pervive un modelo de universidad sin reconocimiento de la autonomía y libertad de cátedra, que ha conducido a diversas formas de degradación, persecución y expulsión de quienes no se han adecuado a la interpretación de la política, la ciencia y los derechos de la máxima dirección del Partido Comunista de Cuba (pcc). En palabras recientes de la viceministra de Educación Superior Martha Mesa Valenciano: «El que no se sienta activista de la política revolucionaria de nuestro Partido, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas, debe renunciar a ser profesor universitario».
Además, Noce (2020), diversos intelectuales, activistas y profesores cubanos han confrontado la promulgación del decreto 349 (2018) enfocado encontrolar las voces alternativas en el mundo de la cultura. Este combina la censura directa sobre una gama amplia de contenidos —que incluyen el uso de la bandera— y el encuadre obligatorio de todas las personas involucradas en actividades artísticas en un registro oficial adscrito al Ministerio de Cultura. Ello, en condiciones de monopolio estatal de la representación de los creadores, ha convertido a las asociaciones artísticas en órganos controladores de las prácticas culturales. Genera que sean los mismos artistas quienes censuren a sus colegas rebeldes. Estos últimos, aunque han respondido con creatividad formando espacios alternativos, se ven desbordados por la vigilancia y la represión estatal, la insolidaridad de parte del gremio y, además, por la incomprensión —por razones ideológicas— de algunas contrapartes latinoamericanas, que parecen reducir la condición contracultural al enfrentamiento al neoliberalismo.
En Brasil, el ascenso del populismo autoritario y conservador de Jair Bolsonaro —tras el golpe parlamentario a Dilma Roussef— ha tenido un impacto doble en la academia de ese país. Por un lado, ha intentado controlar la libertad académica con la imposición de autoridades y normas que socavan las condiciones de producción científica autónoma. En los campos de la cultura y la educación, la cruzada derechista contra la ideología de género y el marxismo cultural son ejemplos de ello. Sin embargo, la respuesta de la comunidad académica brasileña frente a semejante ofensiva ha puesto de manifiesto tanto el legado de organización, articulación, valores e ideales democráticos dentro de la academia y la sociedad de ese país, como las posibilidades que ofrece un régimen político (aún) democrático para frenar las intentonas autoritarias de gobiernos y caudillos populistas
La libertad académica para investigar y enseñar, aunque por la Constitución, está amenazada en Brasil. Desde 2018, varias instituciones de educación superior continuaron recibiendo amenazas anónimas, acompañadas de mensajes de odio contra las mujeres, los negros u homosexuales. La administración Bolsonaro intentó además acotar la autonomía de las universidades federales, por medio de la elección de los rectores. Si bien el presidente tiene la prerrogativa de nombrar sus rectores a partir de una lista de candidatos elaborada por los universitarios, desde hace dos décadas se estableció la tradición de escoger el primer nombre de la lista propuesta, en sintonía con la voluntad de la comunidad académica. Bolsonaro abandonó esa tradición: según un informe de la Asociación Nacional de los Dirigentes de las Instituciones Federales de Enseñanza Superior, de los 25 rectores indicados por el presidente hasta la fecha del estudio, 14 no eran los primeros de la lista.
« La apropiación pública del conocimiento científico es imprescindible para empoderar a la ciudadanía en procesos de desarrollo socioeconómico, gestión pública y participación política »
Otro informe reciente (Hübner et al., 2020) advierte que las amenazas a la libertad académica en Brasil abarcan amenazas contra investigadores, procesos disciplinarios contra profesores incómo dos, cortes presupuestarios a proyectos no subordinados, así como discursos del presidente Jair Bolsonaro y ministros que deslegitiman la actividad académica y promueven denuncias contra profesores. Desde el gobierno de Jair Bolsonaro también se han desplegado acciones de censura, recortes de fondos, acosos e insultos por altos funcionarios, incluidos los titulares de Cultura (Noce, 2020). Se ha avanzado en la institucionalización de la censura al poner bajo control directo de la Secretaría de Cultura (decreto 10499/2020) todas las líneas de financiamiento de las instituciones afines. El ministro del ramo, Mario Frías, alega tendrá la última voz sobre las elecciones estéticas y de contenido en el financiamiento de la cultura a nivel nacional. También se ha ejercido el acoso digital a voces críticas, incitaciones a la violencia y se ha impulsado la judicialización de la libertad de expresión artística bajo el delito de blasfemia. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil ha detenido los intentos de censura, la oposición parlamentaria ha interpelado a los funcionarios y los artistas han podido movilizarse —usando medios masivos legalmente reconocidos— para
enfrentar la ofensiva autoritaria. La democracia brasileña, infiltrada por el populismo conservador, muestra aún oportunidades para defender la libertad académica inexistentes en una autocracia leninista como la cubana.
CONCLUSIONES
Coincido con Herrera (2015, p. 114) en que «el objetivo fundamental de una política científica que sirva a la transformación política, económica y social de América Latina debe ser, entonces, crear una capacidad científica autónoma en todos los campos del conocimiento», lo que supone «la capacidad de tomar decisiones basadas en las propias necesidades y objetivos en todos los campos de la actividad social». La apropiación pública del conocimiento científico es imprescindible para empoderar a la ciudadanía en procesos de desarrollo socioeconómico, gestión pública y participación política. La movilización del conocimiento por académicos latinoamericanos supone la libertad de investigación, enseñanza y difusión.
Empero, en el seno de la academia latinoamericana actual se siguen evaluando de modo diferente autoritarismos condenables y excusables (Chaguaceda, 2020). La disponibilidad asimétrica de posicionamientos ante el Escila populista brasileño y la Caribdis autocrática cubana lo revelan. Pero no hay que elegir, por ideología o grado de control, entre modos diferentes de censurar la libertad académica. Lo correcto sería asumir simultáneamente la diferencia estructural de ambos casos —diferencia que explica las posibilidades de resistir y revertir el avance autoritario— al tiempo que sostenemos una denuncia común de sus efectos sobre los derechos humanos y la democracia.
REFERENCIAS
- Chaguaceda, A.(2020, julio 26). La utopía cuestionada: academia y consenso democrático en Latinoamérica. Agenda Pública. Recuperado de http://agendapublica.elpais.com/la-utopia-cuestionada-academia-y-consenso-democratico-en-latinoamerica/
- Gallego, J. R., Angel, S., Gómez, D., Ruiz, O., Rodríguez, C., y Suárez, A. (2020a). Discriminación política en la educación superior cubana como una violación al derecho a la libertad académica, (Informe n.º 1). Observatorio de Libertad Académica. Recuperado de https://bit.ly/37mE50u
- Gallego, J. R., Angel, S., Gómez, D., Ruiz, O., Rodríguez, C., y Suárez, A. (2020b). Ataques por motivos políticos y prácticas de ideologización en las universidades cubanas como violación al derecho a la libertad académica, (Informe n.º 2). Observatorio de Libertad Académica. Recuperado de https://bit.ly/3lZNA9D
- Hübner, C., Sanctis de Brito, A., Angotti, B., Romani, F., Silva, L., y Pires, N. (2020). Academic Freedom in Brazil. GPPi. Recuperado de https://www.gppi.net/2020/09/01/academic-freedom-in-brazil
- Herrera, A. (2015). Ciencia y política en América Latina, Buenos Aires: Biblioteca Nacional.
- Lefort, C. (2014). El pueblo y el poder. Buenos Aires: Prometeo.
- Moliner, O., y Ramel, S. (2018). Una mirada sobre el trabajo en red del Laboratoire International Sur L’Inclusion Scolaire (Lisis): afianzando una cultura colaborativa para la movilización del conocimiento sobre educación inclusiva. Profesorado. Revista de Currículum y Formación de Profesorado, 22(2), 91-109. Universidad de Granada.
- Naidorf, J. (2017). La movilidad del conocimiento pedagógico. En L. Abrate (comp.). La pedagogía ante los desafíos actuales: debates, propuestas, intervenciones. Córdoba, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba.
- Noce, C. (2020, septiembre 22). Cuba y Brasil: el arte como política de Estado. Infobae. Recuperado de https://www.infobae.com/america/opinion/2020/09/22/cuba-y-brasil-el-ataque-al-arte-como-politica-de-estado/
- Schedler, A. (2019). Solidaridad ciudadana en democracias violentas. Nueva Sociedad, 282. unesco. (1997, noviembre 11). Recomendación relativa a la Condición del Personal Docente de la Enseñanza Superior. Recuperado de http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13144&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html