En el último Congreso IDC-DCI, tres nombres concentraron los reflectores: el expresidente de Colombia Andrés Pastrana, el presidente del Partido Social Democrático de Brasil, Gilberto Kassab, y el secretario de Estado de São Paulo, Guilherme Afif Domingos. Entre paneles de discusión y entrevistas colectivas, las tres referencias en centro y centroderecha conversaron con Diálogo Político, en una entrevista que se transformó en un diálogo sobre el futuro de la centroderecha latinoamericana.
Gilberto Kassab fue alcalde de São Paulo, la mayor ciudad de América Latina, ministro de Estado y se consolidó como el nombre de la centroderecha brasileña. Su partido, el PSD, nunca eligió un presidente de Brasil desde que fue fundado en 2011, pero no existe gobierno sin que el partido esté en la base. Kassab es uno de los nombres de la gobernabilidad brasileña y, por eso, es categórico al decir que no existe el «fin del centro» en la región. En las elecciones municipales del año pasado en Brasil, el 80% de los alcaldes electos eran de centro, centroizquierda y centroderecha. El propio PSD, de centroderecha, eligió casi mil alcaldes y hoy ya tiene 1.300. El espacio crece.
Él es corroborado por el expresidente, diplomático y miembro del Partido Conservador Colombiano, Andrés Pastrana. «Es el centro el que está definiendo las elecciones en América Latina», dice. Pastrana ejemplifica con las elecciones de este año en Chile, donde fueron al segundo turno la comunista Jeannette Jara y el candidato de extrema derecha José Antonio Kast. Para vencer, será necesario conquistar los votos valiosos de los candidatos moderados que quedaron fuera de la disputa final. «Kast tiene 58% de los votos por causa del centro. Quien conquiste el centro ganará las elecciones», razona.
Kassab asiente mientras escucha y añade otro ejemplo: las elecciones presidenciales brasileñas. «Jair Bolsonaro se eligió en 2018 con el centro golpeando al PT. Lula volvió al poder en 2022 con el centro, agregó a Geraldo Alckmin, que tiene esa imagen de centrista, y llevó los votos del centro. Ahora, de nuevo, quien lleve el centro ganará la elección».
El actual secretario especial de Proyectos Estratégicos del Estado de São Paulo y exministro, Guilherme Afif Domingos, coincide. Afirma que, históricamente, Brasil es un país que rechaza los extremos y obliga a cualquier fuerza extremista a ceder a la moderación. «Brasil siempre busca la conciliación», dice el secretario. «Y ahora la tendencia hacia una centroderecha tiene mucha más fuerza, porque hay una revuelta de la sociedad contra el exceso de Estado. Con exceso de Estado me refiero a más impuestos. Hay una cierta ansia por mejor legitimidad de representación. Había una fuerte tendencia que estaba a la izquierda, que fue al centro y que ahora camina hacia la centroderecha», reflexiona.

Regionalización de la centroderecha
La conversación con DP se dio en medio del encuentro del IDC-DCI (Internacional Demócrata de Centro) y el Foro Concertación Democrática organizado en conjunto con la Fundación Konrad Adenauer, en el hotel Renaissance, en São Paulo. Un evento, según los tres políticos, que promueve la integración regional de las centroderechas latinoamericanas y mundiales.
«El Centro Internacional para la Democracia reúne 113 partidos de más de 80 países. Por lo tanto, no es solo una organización regional, sino global», celebra Pastrana. «Creo que es la organización política más importante del mundo actualmente, justamente por lo que representamos. En nuestra organización, no hay solo un partido en muchos países; hay dos o tres partidos, como en el caso de Colombia, que comparten los mismos principios y valores en apoyo y defensa de la democracia».
«El objetivo del foro era comenzar a reflexionar hacia dónde vamos, qué podemos hacer y qué necesitamos cambiar para crear alternativas políticas eficaces. Y creo que ya estamos viendo eso en la región’, completa el exlíder colombiano.
El evento contó con representantes de partidos de centroderecha no solo de América Latina. Hubo participantes de Indonesia, España, Bulgaria y República Checa. Pastrana también destaca la presencia de partidos diversos en términos religiosos. Aunque comenzó como una organización cristiana, el grupo hoy congrega partidos de identificación budista y musulmana. «Esos diferentes partidos se sientan para pensar cuáles principios y valores nos unen y nos identifican para presentarnos como una alternativa al mundo, que es de hecho lo que queremos hacer», concluye el expresidente.
Guilherme Afif Domingos añade que este es el momento en el que el péndulo ideológico mundial está nuevamente apuntando hacia la centroderecha y es el momento de aprovecharlo. «Se agotó el modelo del socialismo y de la propia socialdemocracia», dice.
Kassab recuerda que recientemente, una investigación conducida por el think tank More in Common en asociación con Quaest mostró que la mayoría de los brasileños no se identifica con los extremos y está en contra de la polarización. Según el estudio, el 54% de los brasileños dicen no identificarse ni con la derecha ni con la izquierda. «Una tendencia mundial», completa Afif Domingos. El estudio, sin embargo, resalta que no identificarse con ninguno de los dos polos no significa que estos 54% sean de centro, sino que son identificados como «invisibles«, como si estuvieran fuera de las disputas ideológicas.

Reconquistar la juventud
Para la centroderecha, una preocupación es el rescate de los jóvenes. Hoy, la juventud, especialmente su parcela masculina, es la que más se involucra en movimientos extremos. La campaña del presidente de Argentina, Javier Milei, fue casi enteramente conducida por jóvenes. En Estados Unidos, los jóvenes han llevado al Partido Republicano más a las profundidades del trumpismo.
«El joven vive hoy en un mundo muy diferente del que vivimos, que es el mundo digital«, dice Afif Domingos señalando a los tres caciques de la política. «Ellos tienen una increíble facilidad de asimilar tecnología diferente a nuestras generaciones. Solo que hoy los jóvenes carecen de visión estratégica«.
«Es necesaria una alianza de los más jóvenes con los más viejos. Esa convivencia es muy importante en la atracción de los jóvenes. Ya no se ve al joven yendo a la calle por cualquier causa. Está más preparado y más consciente de que ya fue usado otras veces y no quiere ser usado más. Veo con mucho optimismo el trabajo que tenemos que hacer con los jóvenes para que se conviertan en seres agregados», completa el secretario.
Pastrana hace una lista de lo que debe hacerse para atraer a los jóvenes. Primero, modernizar los partidos políticos. Otro punto es invertir en la capacitación de los jóvenes para entrar en la política. «Y en ese aspecto es fundamental el trabajo de las fundaciones, como la Konrad Adenauer», señala. El siguiente ítem es evaluar el financiamiento estatal en las campañas. «La política se ha vuelto tan cara que es imposible para un joven entrar. Un joven que quiere ser concejal o diputado federal, y estoy hablando específicamente de Colombia, necesita muchos recursos para publicidad, vallas, camisetas y material de campaña. ¿Quién proporciona esos recursos? El narcotráfico», continúa. Por último, el expresidente señala la necesidad de que los partidos tradicionales vuelvan a dominar la comunicación y las redes digitales. «Un discurso de más de un minuto y medio o dos minutos en Instagram o TikTok no surte efecto. El mensaje no llega», completa.
Para finalizar la conversación antes de dirigirse al segundo panel del foro, Afif recuerda que conoció a Gilberto Kassab cuando le dio al hoy bastión de la política brasileña una oportunidad cuando él aún era muy joven y participaba en un grupo de jóvenes emprendedores de una asociación comercial. «La experiencia en la entidad hizo que él, con su talento político, se desarrollara para convertirse en un político nacional de verdad, pero comenzó allí en la juventud», afirma Afif. Kassab asiente y completa con una sonrisa: «Eso es oportunidad».
