El primer informe de gobierno de Claudia Sheinbaum se presentó como una celebración de logros, continuidad y estabilidad. Es un informe que repasa siete años, porque sumó los seis del expresidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, más allá de la puesta en escena, el discurso evidenció las tensiones entre propaganda y realidad. El ejercicio no respondió al espíritu democrático de rendición de cuentas, sino a la construcción de un relato político que busca legitimar un proyecto de poder.
Analizar el informe exige observar no sólo los datos expuestos —muchos de ellos cuestionables—, sino también la narrativa que se intentó imponer. A continuación, cinco puntos permiten comprender lo ¿qué está en juego en el arranque de esta nueva etapa política en México?
Economía frágil y deuda creciente
El gobierno presentó como avances un crecimiento económico moderado y el incremento en los ingresos públicos. Sin embargo, las cifras oficiales muestran un PIB prácticamente estancado, con un promedio de 0.42% y caídas significativas en sectores estratégicos como la construcción, la minería y el comercio.
Al mismo tiempo, el gasto público padeció un subejercicio de 286 mil millones de pesos, afectando áreas clave como salud y educación. Mientras, la deuda creció 1.24 billones en apenas nueve meses. La supuesta estabilidad se sostiene, en realidad, sobre transferencias clientelares y endeudamiento, lo que compromete la sostenibilidad futura.
Corrupción estructural y ausencia de rendición de cuentas
Uno de los ejes narrativos del informe fue la apelación constante a la “honestidad”. Sin embargo, los hechos contradicen esa premisa. El caso Segalmex permanece como el mayor desfalco documentado en décadas, con más de 15 mil millones de pesos observados. Aunque cerraron la instancia, la nueva, que se llama Alimentación para el Bienestar, en menos de un año ya tiene 2 mil millones de pesos desaparecidos.
A ello se suman la corrupción en las compras por adjudicación directa, el desabasto crónico de medicamentos y el crecimiento del huachicol. Según autoridades estadounidenses, este fenómeno ya representa una fuente de financiamiento para los principales cárteles.
La insistencia en la honestidad contrasta con la proliferación de escándalos, lo que sugiere un divorcio creciente entre la retórica oficial y las instituciones de fiscalización y justicia.
Seguridad: consolidación del narco-Estado
La narrativa presidencial presentó a México como un país en paz, sustentado en un supuesto “humanismo mexicano”. No obstante, las cifras de homicidios, la violencia en regiones enteras y la penetración del crimen organizado en la política contradicen este planteamiento.
Los vínculos documentados de actores del oficialismo con grupos criminales, el retiro de visas norteamericanas o la inversión de los territorios dominados por cárteles constituyen ejemplos de la captura del Estado por redes ilícitas. En este contexto, el discurso pacifista encubre una realidad de cesión territorial y debilitamiento del Estado de derecho.
Es cierto que hay una ligera mejoría en el renglón de homicidios, pero resulta hasta cínico presumirlo cuando en seis años el aumento en los desaparecidos es de 65%.
Salud y educación en retroceso
El informe subrayó avances en el abasto de medicamentos (dijeron 90%) y en la cobertura. Sin embargo, el desabasto persiste a tal grado que seis veces ha dicho la presidenta que “ya se va a resolver”. Además, los más de 24 millones de mexicanos que han perdido el acceso a la salud desde el 2018 ha hecho que los hogares duplicaran su gasto en medicinas, reflejo de un sistema de salud colapsado.
En materia educativa, 44% de las escuelas carecen de equipamiento básico y el presupuesto de 2025 se redujo respecto al año anterior. La política se ha centrado en la expansión cuantitativa de las Universidades del Bienestar, pero sin las condiciones mínimas de infraestructura ni calidad académica. La gran cifra que se afirmó en el mensaje fue que llegaron 85,000 alumnos en 202 universidades del Bienestar, o sea, como 420 alumnos por plantel. En proporción, la Universidad Nacional Autónoma de México tiene unos 260 mil estudiantes en 36 planteles.
Narrativa propagandística
El rasgo más visible del informe fue la manipulación de datos. Se presumió un récord en inversión extranjera directa cuando en realidad cayó 6% respecto a 2024. Se inflaron las cifras de vivienda, se exageró el incremento del salario mínimo y se omitieron problemas estructurales. Por mencionar algunos.
El caso mexicano se convierte en un ejemplo preocupante sobre la pérdida de contrapesos y equilibrios democráticos. No se puede omitir que el mismo día del informe fue la toma de protesta del nuevo Poder Judicial. El expresidente estadounidense, James Madison, indicaba: “La acumulación de todos los poderes, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, en las mismas manos, sean de uno, de pocos o de muchos, y sea por herencia, autonombramiento o elección, puede enunciarse con justicia como la definición misma de tiranía”. Además de los tres poderes, se debe sumar un aparato mediático que busca callar opiniones que disientan e imponer una narrativa.
La consolidación de un discurso único, acompañado de la concentración de poder y la manipulación de cifras, no fortalece a la democracia, la debilita.
Símbolos versus verdad
El primer informe de Claudia Sheinbaum mostró menos resultados verificables que recursos retóricos. La economía se sostiene en deuda, la corrupción erosiona la legitimidad institucional y la violencia consolida espacios de algo que sólo se puede definir como narco-Estado. Frente a estos desafíos, la respuesta fue una narrativa que privilegia símbolos y consignas, contra el pasado y contra opositores, sobre hechos y resultados.
El reto de México es recuperar el sentido original de la política como espacio de verdad y de servicio público. Solo desde la transparencia, la pluralidad y la rendición de cuentas podrá construirse una narrativa distinta: la de un país que enfrenta sus problemas con honestidad y que aspira, no a la propaganda y a la concentración de poder, sino, a la democracia auténtica.